Repasaron todos sus éxitos durante dos horas
El dúo zaragozano ofreció ayer en Madrid un exclusivo concierto acústico para un centenar de ‘fans’ y con el que se puso de manifiesto que Eva y Juan ganan poder de seducción en las distancias cortas.
Nos da igual la crisis. Nosotros hemos tocado gratis en El Retiro y si la cosa se pone fea volveremos a hacerlo sin ningún tipo de problema. Cuando tu pasión es la música, el dinero es lo de menos. Sólo queremos tocar y llevarle a nuestro público nuestras canciones. El resto es accesorio.Declaración de principios para Qué! de Juan Aguirre , el 50% de Amaral. Algún desaprensivo podría pensar que es de boquilla. Y más después de abarrotar con 18.000 almas el Palacio de Deportes de Madrid hace escasas semanas. Las probabilidades de que Amaral acabe pasando la gorrilla en alguna parada de Metro se antojan remotas.Sin embargo, la pasión que desbordan estos dos mañicos cada vez que se suben a unas tablas impulsa a creer que no resultaría raro verles un día, entre Cuatro Caminos y Puente de Vallecas (como reza uno de sus últimos éxitos, 'La barrera del sonido' desgarrando una a una sus canciones. Está claro. Cantar les pone.Ayer noche, a modo de examen de fin de año, y para celebrar el decimo cumpleaños del canal 40tv, Amaral se presentó ante su público dispuesta a revalidar su tesis de que la calidad, en esto de la música, no tiene que distinguir escenarios.Lo hizo con una propuesta alejada de sus performances habitual, una propuesta desnuda, sencilla, o como su propio nombre indica, "básica": un sofá como escenario, Eva y Juan frente a frente, sin banda, a lo loco, y con tan solo dos guitarras como escudo defensivo de la atenta mirada de un centenar de personas. Un exclusivo y exigente público que, sentado por los suelos del Salón de Baile del Círculo de Bellas Artes de Madrid, sólo estaba dispuesto a aceptar las más altas cotas de excelencia posibles.Y es que, tal y como está el panorama actual, pocas canciones (y menos bandas) resistirían el paso de sus canciones tal cual salen del estudio de grabación, cargadas de efectos, trucos, sintetizadores y demás artificios musicales a una propuesta tan elemental como voz y guitarra. Amaral se presentaba a este examen cargado no sólo de baladas, las más susceptibles de adaptarse a esta mutación. No. Aquí se trataba de comprobar si 'Kamikaze', por ejemplo, la mejor canción de este casi extinto 2008 según los Premios Ondas, pasaría semejante prueba. Visto lo visto, y oído lo oído, sólo cabe decir que la evaluación está aprobada. Y con nota.Ataviada con un minivestido rojo, medias negras y unos taconazos igualmente rojos (que acabaría por quitarse, a lo Winehouse hispana), Eva Amaral se presentó ante su audiencia menos tímida que de costumbre. Juan Aguirre aguardaba en bambalinas mientras la voz más peculiar e inclasificable que pulula por las radiofórmulas daba la bienvenida con 'Esta noche'. Aunque su modestia le impida reconocerlo, Eva es la estrella. Tenía que abrir el show en solitario.La presencia su compañero y veterano guitarrista no se hizo rogar demasiado. Tarde de domingo rara, segundo tema de la noche, les juntó en escena y no los volvió a separar. El dúo demostró enorme complicidad a lo largo de más de dos horas en las que él ejercía el papel de múdito protestón y ella su dicharachera locutora. Mil y una bromas (con repetición de tema incluido debido a las quejas musicales de Aguirre) que marcaron el tono de la noche: un concierto en familia.A lo largo de ese recital, uno a uno iban cayendo los temas que más coreaba el respetable. 'Moriría por vos', 'El universo sobre mí' 'Marta, Sebas, Guille… y los demás', 'Sin ti no soy nada', 'Resurrección',… himnos recientes intercalados con fragmentos de 'Gato negro, dragón rojo', su más reciente trabajo 'Alerta', 'Perdóname' 'Es sólo una canción' 'Rock & roll' o 'El blues de la generación perdida'. Grandes temas que aún necesitan consolidarse en la memoria colectiva para ser coreados con igual fuerza y devoción que los 'imprescindibles'. Y es que evidentemente, las salvas de aplausos se las llevaban los temas conocidos. Los 'nuevos' pasaban algo más desapercibidos.Además de para certificar que Amaral gana en las distancias cortas, mucho más sueltos que en los macroconciertos, menos cohibidos y hasta lanzados a innovaciones como ver a Eva tocando la batería o los platillos-, la actuación privada que Qué! pudo vivir ayer confirmó la enorme potencia que encierran las cuerdas vocales de esta mujer. Pocos son capaces de pasar de tonos graves a notas agudas en cuestión de segundos para acto seguido marcarse sostenidos eternos de los que dejan sin aire y que ella remata como si nada. El talento de Juan Aguirre a la guitarra (eléctrica, española o bajo, las fue combinando al gusto) también quedó fuera de toda duda. Que artistas tan variados como los Estopa, Ivan Ferreiro, Antonio Vega o Moby hayan aplaudido en público o privado su arte a las cuerdas resulta evidente con cada compás que presenta, corona o acompaña los temas que Eva canta. ). "Esta es la mejor manera de regresar a la esencia de las canciones, guitarra y voz. Así podéis ver cómo nacen", contaba ella.'Revolución', 'Días de verano' (¿cuánto tiempo tendrá que pasar para que se reconozca 'Pájaros en la cabeza' como uno de los mejores discos de los últimos 10 años?) 'Como hablar', 'Escapar' o 'Estrella de mar' enfilaron al respetable hacia una conclusión que se vio recompensada con dos bises y respondida con una larga ovación. Amaral se licenciaba ante su público con una tesina arriesgada: lo que suena bien en términos musicalmente grandilocuentes, si se reduce a su mínima expresión, puede sonar aún mejor. 145 minutos más tarde, los más de cien 'examinadores' abandonamos el Círculo de Bellas Artes con la placentera sensación de haber aprobado al mejor alumno de la clase.El concierto básico ofrecido por Amaral podrá ser escuchado el domingo 28 a las 22:00 horas en Los 40 Principales. El 5 de enero se estrenará en televisión, a las 17h., a través de 40TV.
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